¿Por qué nos gusta tanto el anime en la actualidad? Aquí te explicamos
Esta es la historia del fenómeno detrás de una animación que conquistó al mundo.
Años atrás, era tema de burla para quienes gustaban de esto, pero actualmente la animación japonesa, conocida como “anime”, es algo cool. Y es que tan solo basta con ver la estética de varios artistas urbanos chilenos que toman el imaginario de este género para adaptarlo a sus propias universos.
El término que proviene de la abreviatura japonesa de "animēshon" y ha evolucionado desde principios del siglo XX hasta convertirse en una expresión cultural con impacto global.
Su estilo único, nacido con la obra de Osamu Tezuka en los años 60, y su estrecha relación con el manga, han permitido que esta forma de animación trascienda generaciones y fronteras. La incorporación de tecnología en sus procesos no ha afectado la esencia de este arte, que combina lo tradicional con lo moderno.
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El anime: Una diversidad que lo hace universal
El atractivo del anime radica en su capacidad de abarcar temas y públicos diversos. Desde historias infantiles hasta narrativas adultas con profundidad política, filosófica o científica, cada obra encuentra su audiencia. Géneros como el shōnen, dirigido a adolescentes, destacan por temas como la amistad y el sacrificio, mientras que el seinen, para adultos, aborda asuntos más complejos como la moralidad y el existencialismo, presentes en títulos como “Ghost in the Shell”.
El impacto emocional también juega un rol crucial, siendo característico de las producciones japonesas, lo que se refleja en sus elementos visuales, como los expresivos ojos de los personajes. Incluso las primeras películas de anime, usadas como propaganda bélica, dejaron una huella ideológica en sus historias, marcando un legado.
La llegada del anime a Occidente en los años 70 y 80, con series como “Candy Candy” y “Mazinger Z”, marcó generaciones. En los 90, títulos como “Dragon Ball” y “Pokémon” se convirtieron en fenómenos culturales, consolidando la "anime-manía". Por otra parte, películas como “Akira” y “El viaje de Chihiro” ampliaron aún más su alcance, mientras que producciones occidentales inspiradas en este estilo, como “Gisaku”, demostraron su influencia global.